FACSÍMIL LAS PROFECÍAS DE LAS SIBILAS DE JEAN POYER

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Al hablar de Sibilas, nuestra mente puede relacionar muchas cosas en torno a ellas, tal sucede con la mitología griega y romana, las profecías sobre el futuro o las leyendas generadas a partir de ellas, como la predicción de Herófila o Sibila Eritrea sobre la destrucción de la ciudad de Troya en la Guerra de Troya. Sin embargo, es más difícil imaginar su relación con Jesucristo, y el motivo por el cual están presentes también en las tradiciones cristiana y judaica. 


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Sibila Eritrea.



¿Quiénes eran las sibilas?

Antes de nada, es necesario despejar la incógnita sobre la identidad de las sibilas. Son conocidas como profetisas que, desde la Antigüedad, han vaticinado diversos episodios importantes de la Historia, recogidos en los llamados Libros Sibilinos y custodiados por el rey Tarquinio, y que, más adelante, en el Renacimiento, fueron adoptadas por la Iglesia Católica como otro enlace más del designio divino para venida de Cristo al mundo. Así, los fieles veían que Cristo había sido vaticinado incluso desde la Antigua Grecia por aquellos a quienes se consideraban paganos y fueron perseguidos durante la época anterior, la Edad Media. De esta persecución, el canto de la Sibila, propio de la isla de Mallorca y que ha sido inscrito desde el año 2010 en la Lista Representativa de la UNESCO, es el único elemento pagano sibilino que ha sobrevivido a la persecución promovida por el Concilio de Trento hasta nuestros días. Forma parte del rito de la eucaristía como un canto interpretado la misma noche de Nochebuena en todas las iglesias mallorquinas.  
Cada una de estas mujeres, casi todas chicas jóvenes, tienen diferentes orígenes, han estado en diferentes lugares y diversos períodos temporales, pero gracias a una lista realizada por Marco Terencio Varrón, se han llegado a contabilizar hasta diez sibilas. La Sibila de Cumas o Cumana, Sibila Samia o de Samos, Sibila Eritrea, Sibila del Helesponto, Sibila Frigia, Sibila Cimeria, Sibila Délfica, Sibila Líbica, Sibila Tiburtina y la Sibila babilónica o Pérsica. Difieren en importancia dado el conocimiento y representación que se conserva de ellas, destacando las Cinco Sibilas pintadas por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina: Las Sibilas Cumana, Délfica, Eritrea, Pérsica y Líbica. En nuestro manuscrito se citan otras dos sibilas además de las ya mencionadas, la Sibila Europa y la Sibila Agripa.  


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Sibila Délfica.



El Renacimiento, Jean Poyer y las sibilas

El Renacimiento es la época más fructífera para la representación de las Sibilas, que aparecen tanto en pintura, arquitectura y, lo más llamativo, en el arte literario. 

La producción del manuscrito original, llamado Sibyllae et prophetae de Christo Salvatore Vaticinantes, fue elaborada en el taller de Jean Poyer, un reconocido pintor de miniaturas e iluminador de manuscritos, en el siglo XV en Tours, Francia y, posiblemente, adquirido más tarde por el elector Maximiliano I de Baviera, que lo incluiría en su fastuosa colección de arte. Y no es de extrañar que dicho manuscrito fuese tratado más como una pieza de coleccionista que como un libro para incluir en su también magnífica biblioteca, pues la belleza, riqueza y detalle que se contemplan en cada una de sus páginas, lo convierten en un pequeño museo encuadernado. En él podemos ver a las Sibilas, cada una representada con sus tributos característicos y acompañadas de los elementos cristianos que relacionan sus predicciones con la venida de Cristo. De igual manera, podemos ver algunas imágenes bíblicas, como el Arca de Noé, de asombrosa belleza, y a algunos profetas y apóstoles que fortalecen el designio divino cristiano de sus profecías paganas.


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La Resurrección.



Edición facsímil de las profecías de las sibilas

La edición facsímil realizada por CM Editores ha recreado con suma exactitud cada detalle del original, elaborado sobre pergamenata italiana y estampado en oro. Su encuadernación es íntegramente artesanal, recubierta en piel de cabra sobre tabla, permitiendo que se reflejen los motivos dorados de la tapa. Un auténtico tesoro para los afortunados bibliófilos que han podido adquirir uno de los 375 ejemplares de la tirada en edición limitada ante notario. 

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