Baile y seducción en la Edad Media: Lo que aprendemos del Roman de la Rose
Prácticamente en todas las civilizaciones la música y el baile siempre han estado relacionados con la socialización, el juego de la seducción y el deseo.
La Edad Media no es una excepción y, aunque no existen muchas descripciones escritas para poder saber como eran danzadas, sí que existen pinturas o miniaturas en las que aparecen representados bailes como la carole, la farandole o el estampie.
La carole pertenecía a una familia de bailes europeos populares y colectivos, muy comunes en la segunda mitad de la Edad Media.
Se bailaba con canciones festivas y populares, generalmente con forma de una ronda; pero también a veces como una cadena.
Se mezclaban hombres y mujeres, aunque eran ellas quienes comenzaban el baile, mientras los hombres cantaban para dirigirlo.
Era también un baile eminentemente vocal, pues no hay testimonio documental que indique que fuera acompañado de instrumentos musicales.
Desafortunadamente, los textos que se conservan, como el ROMAN DE LA ROSE, no proporcionan información específica sobre la calidad del movimiento, los pasos o el estilo del baile.
El Roman de la Rose es un poema escrito por Guillaume de Lorris y Jean de Meung en Francia entre 1225 y 1278 que adopta la forma de un sueño alegórico. La primera parte del poema cuenta cómo Guillaume tuvo un sueño cinco años atrás que se hizo realidad. En su sueño, Guillaume, identificado como el Amante, entra en un jardín amurallado, el Jardín del Placer, acompañado por la Dama Ociosa. Allí se incorpora a la danza del tiempo, un baile guiado por Alegría y en el cual también participan Amor, Riqueza, Generosidad y otros personajes alegóricos.
Aunque este baile es una pieza importante del Roman, que sin duda iba dirigido a personas de cierto nivel intelectual y posición social (sus disertaciones sobre los clásicos y los profundos debates de pensamiento lo relacionan, especialmente en su segunda parte, con el ambiente universitario de la época), es notorio que había bailes y danzas en todo tipo de capas sociales como atestiguan las representaciones de campesinos bailando que han llegado hasta nosotros. Quizás ese tipo de bailes carecieran del refinamiento y las reglas que le suponemos a las danzas antes citadas.
Pareja de aldeanos bailando, Grabados Profanos, ALBERTO DURERO. |
No será hasta 1450, y de ahí en adelante, que, con la llegada del Renacimiento, se empiezan a documentar instrucciones y manuales detallados de todo tipo de bailes. En dicha época ya se esperaba que una persona bien instruida fuese también un buen bailarín y por tanto hizo aparición la figura del maestro de baile, lo que nos hace pensar en la importancia que llegó a tener como mecanismo socializador, y también como herramienta de seducción.
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